martes, 20 de septiembre de 2011

VII

Preparo el desayuno. La noche anterior se había consumido entre copas y recuerdos, pocas risas y muchos llantos.  Me había confesado todas sus mentiras. Perpleja sólo pude contestarle con mi escudo de indiferencia. El silencio incomodaba a ambos, encendimos el televisor para evitarlo. Lo perdoné.  Nos acostamos sin pretender reprimir el deseo de nuestras pieles. Pero nos quedamos dormidos otra vez.
Dejo lista la mesa: dos tazas con té con leche, dos cucharas, un cuchillo, servilletas, una panera con tostadas, un platito con queso y una azucarera. Me dirijo a la habitación. Todavía está atrapado en un sueño. Lo observo. La bronca atraviesa mi mirada. Ya él deja de ser quien era. Me refriego mis ojos, igual delante de mí aparece una  bestia. La piedad se derrite como un hielo en el verano. La duda, también, se disuelve. Mi yo afectado lo incinera a Fidel. Lo amo de todas formas. 

Deborah Valado //Septiembre 2011

miércoles, 14 de septiembre de 2011

REVOLVER DE NECTAR


La cosa es simple, para poder hacer sin depender minimamente se necesita la colaboración de los pares. Es así que surgió este proyecto. Una revista desde personas que quieren hacer y buscan a otros que también les guste hacer. Entre el arte, la poesía, la música, el teatro, la vida espiritual y natural y mucho más. Es por ello que anduve y ando intimidandolos con cariño para que sean parte también de esta y las nuevas movidas autogestionadas por el mero hecho de creer en el hacer y compartir...



Revolver de Nectar es la revista distribuida por artistas de la calle. Si te interesan las artes, las relaciones, la ecología, la espiritualidad, la justicia social y la inteligencia creativa, entonces: ésta es tu revista. 


Es una revista nueva, que por ahora, está flotando en el viento: ¡mírala, ahí se viene! ¿podés sentirla?

Revolver de Nectar es una Asociación Civil Sin Fines de Lucro (Personería Jurídica en Trámite), pues esta revista tiene un objetivo social magnífico: que sea vendida “a la voluntad” por artistas en la calle.

La revista en sí será divina. Quiero que hojées el número 1 entrando a nuestro site (www.revistanectar.com.ar
), pues a través de IDEAME, esta nueva y sólida plataforma web que ayuda a creadores hispanoparlantes a financiar sus proyectos a través de la comunidad, podés colaborar con este proyecto, estimulando de ese modo a que una cantidad enorme de jóvenes músicos, actores, clowns, etc, puedan salir a la calle a ganarse un buenísimo jornal.


 Clieka para ver de qué se trata esta nueva movida y colaborar : REVOLVER DE NECTAR

martes, 13 de septiembre de 2011

jueves, 8 de septiembre de 2011

"Noches de Jazz & Jam"

Alma disfrazada,
envuelta,
desorbitada.
Ansia de querer,
de saciar el impulso
del ocaso,
del ser.
Jazz,
inspiración mutua.
Jam,
eterno cover.
Odio el saxo tenor que resuena
sobre lo prohibido,
sobre lo que no puedo mañana
decir, sentir, desinhibir.
El ayer ya se ha ido,
quedan imágenes,
la playa, el bar, el escenario perdido. 



Recuerdo percibir un suave movimiento del aire en  la habitación y dar cuenta que la noche ya había avanzado. Muchas opciones no habían: Quedarnos  en casa escuchando viejos discos o salir por la ciudad a buscar refugio en algún pub. La segunda fue la mejor. Entramos en el Celta Bar, la vibración sonora nos remitía al amor supremo de Coltrane. No dudamos en robar registros del momento. Abrimos los bolsos, retiramos nuestras cámaras y empezamos a reinterpretar  las sensaciones de aquellos hombres de trajes negros. Jazz, eso era lo que nuestras lentes pretendían atrapar. Fotografiar esas escenas  en donde la expresión justa corporizaba el sonido que más se anhelaba escuchar. 
Los músicos no nos percibían, las melodías los habían encantado. Demasiada soberbia musical, pocos miedos para trasladar el swing de cada compás. Frescura de las armonías, vuelos trascendentales. Sumergirse no era para seres inanimados sin pretensión de vivir más allá de los conceptos  ya transferidos. La pulsión misma de los acordes transitaba los cuerpos y los liberaba al mar de improvisar sobre esas escalas cuasi perfectas.  Cuasi perfectas porque abrían grietas al error que permitía el dinamismo sobre la misma marcha. Un gesto bastaba ya para dar lugar a qua cada músico tuviera sus cinco minutos de iluminación divina. Tal vez, no siempre había combinación perfecta. No obstante, primaba la cortesía de camaradas.
Temimos enredarnos de la tensión que nos producía el violín por sobre los demás instrumentos. Una caricia era  mínima para describir lo que nos generaba. Sin embargo, pudimos ir más allá, danzamos libres  y realizamos cientos de clicks hasta ser rozados por el áspero silencio.


 Deborah Valado // Diciembre 2010 // Septiembre 2011

lunes, 5 de septiembre de 2011

EXPO FOTOGRÁFICA - SEPTIEMBRE 2011



Noche de Covers Literarios.
Este Jueves 8 de septiembre 22 hs!
EXPO FOTOGRÁFICA                                                                     Deborah Valado: "Noches de Jazz y de Jam" Corrientes 5552: Ratonera Cultural. Entrada $10. Los y las esperamos!




Desayuno

      Entro al bar. La costumbre no logra ser batallada por gustos alternativos. Busco mi mesa preferida. Está ocupada, no obstante, encuentro otra  que también me gusta. Me siento, espero al mozo. Empiezo a escribir todo lo que ocurre. Utópica tarea, pero realizable más allá de algunos desajustes temporales.
Contemplo el espacio inmóvil, describo.
Mi mesa: cuatro sobres de azúcar, dos platos, una cuchara, una taza de café con leche, tres medialunas, un vaso, una jarra con agua, el cuaderno y la lapicera.
 En la otra punta está  la barra: 27 copas, 20  tazas, 15 vasos,  una cafetera, 10 medialunas, la caja, servilletas,  alfajores, docenas de platos y por detrás el encargado.
 Los seres se movilizan de un lado al otro, interrumpen la  observación. Estoy sentada del lado de la ventana. El día da cuenta de la primavera. Los cuerpos parecen más livianos en su andar. Algunos transitan  hacia caminos indistintos, otros se instalan en la vía publica para hacer sus respectivas tareas.  Sobre  la calle, el hombre de traje negro  limpia  su auto. Dispone de un trapo y un balde con agua. Refriega  las partes que tienen mucho barro. Se cansa y se sienta sobre el cordón. Semáforo en rojo,  para el colectivo de la línea 124.  En el balcón, del primer piso del departamento de enfrente, se observan: dos bicicletas, un triciclo en el medio de dos macetas y dos ventanas con las persianas bajas.
Torno la vista al interior del bar. Un señor, entre 50 años, también desayuna. Parece satisfecho al comer  las medialunas. En la mesa siguiente, una mujer lee el diario. La otra está vacía. Siguiendo la misma ubicación lateral, está la puerta, otra mesa vacía,  yo y  atrás mío, una chica  estudiando.
Descansó. El aroma del café y de las medialunas recién horneadas me abre el apetito.   Quiero empezar el desayuno. Pero los tonos de voces del alrededor se elevan y llaman de nuevo a  mi atención. En el televisor están pasando las noticias del día. El titular expone: “ Se casa anciana de 82 años con joven de 24”. Se largan las risas.  Alguien exclamó:
-¡ Qué bien lo hizo! .... ¡ Así no labura nadie más!...
 Se van algunos. Vuelve la quietud. Sólo queda el murmullo propio  de la cafetería.
-Buen día- le dice otro cliente al mozo.  Con sólo una seña de afirmación le trae el  cortado en jarrito.
El mozo: alto,  pelo ondulado, delantal verde, camisa blanca de mangas cortas, pantalones y zapatos negros.
Mucho viento. Cierran la puerta principal. Entra el profesor de semiótica. Termino el desayuno  pero tengo tiempo para escribir hasta que él se vaya a la clase. Mi mesa quedó desordenada; sobrecitos rotos,  azúcar dispersado y  servilletas húmedas.
Decoración  y artefactos del bar: dos columnas,  paredes blancas, ventanas con marcos verdes, cortinas blancas, vidrios, espejos,  aire acondicionado, estufas, seis arañas encendidas, mucha luz natural, mesas y sillas de madera.
Se percibe el  transito de la calle. Esta se viste de varios colores:  los niños van de la mano al jardín,  los oficinistas y estudiantes corren por no llegar tarde, las amas de casa salen hacer sus compras y también aparecen los paseadores de perros.
Apagan las luces. Se va el profesor. Deja una moneda de un  peso. Llamo al mozo. Abono la cuenta. Siendo las 9 horas me retiro. 


Deborah Valado / 2007

viernes, 2 de septiembre de 2011

Planos


22 : dos y dos suman cuatro; cuatro y cuatro suman ocho; ocho y ocho suman dieciséis; uno y seis suman siete; siete y siete suman catorce; uno y cuatro suman cinco; cinco y cinco suman diez, uno y cero suman uno; uno y uno suman dos.
Puede ser o no exacto el resultado que yo ponga debajo de la línea de los factores, pero los números sí lo son, no así  yo ni los que me rodean. No así las imágenes que creo ni las que observo de otros.
Esa distancia de lo  ideal es lo que da vida.

Deborah Valado / Julio - 2008