lunes, 16 de junio de 2014

Escena

      Rechinaba los dientes. El cielo se oscureció a la par de sus palabras.  Su lengua formulaba todas las que estaban en la caja de la bronca y la miseria.  A partir de la traición, no quería volver atrás, insistía en romper hasta el último cristal. 
     Los trabajadores descendían del último tren, ensimismados en el retorno a sus hogares. No obstante, levantaban la mirada para ver la escena de aquellos dos amantes que se resquebrajaban.                                                                  
     Alguien sacó de su bolsillo un control remoto. Apuntó hacia ellos. Sus cuerpos se elevaron por la gracia divina del satélite y fluyeron por el espacio del olvido, en donde nuevamente se reencontraron con la pasión. 

Deborah Valado // Junio 2014