Veo caer
los cerezos,
mientras mis
lágrimas
también
llaman a la muerte.
Cuerpos que
no escapan
del destino
finito,
pero almas
que se entregan
a la
eternidad.
El recuerdo
de las palabras
es la
eternidad.
El olvido
de las palabras
es la sepultura.
Deborah Valado // Febrero 2013
Recordamos para no morir de olvido.
ResponderEliminarCerteros versos.
Saludos ;-)