Empezar a no pronunciar "nunca" es una de las tareas más arduas que se me están imponiendo durante estos primeros días del año. Aún estoy volviendo a la ciudad y no puedo dejar de llegar con muchas preguntas abiertas sin únicas respuestas. Ya cayeron al precipicio de la duda las primeras sentencias que di. Replantearme cada nuevo paso es un gran salto al sin fin de impensadas aventuras. Estar menos sujeta hace que la entrega y el riesgo sean mayores, pero la vida ,tal vez, se trate de permitirse perderse en unx y en el otrx. Vuelvo más disponible a dialogar con todas esas firmezas que fui construyendo, me vuelvo más permeable porque es parte de crecer. Es una nueva gran apuesta vivir sin esos marcos que nos encierran en seguridades. Sentir es lo más seguro que tenemos, permitirse que eso sea lo primero antes que quedarnos atadxs a las nebulosas de ideas fantasmales, es lo mejor que podemos hacer para amarnos más y amar al otrx.
Deborah Valado // Febrero 2019
No hay comentarios:
Publicar un comentario