miércoles, 4 de julio de 2012

Su ojo




Su ojo me quería comer.
¡Sí, me quería comer cual un carnívoro en la selva!
Yo lo observaba deseoso, feroz, penetrante.

Crecían las ramas por donde su ojo dirigía el viaje,
la mirada se trasladaba cada vez más cerca.

Del centro al infinito,
del punto del horizonte al encuentro con mi cuerpo,
su ojo me quería comer.

Deborah Valado // Marzo 2012

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