El timbre
del recreo
volvía a
dar vida
a nuestra
animalidad
Como
jabalíes
corríamos
por todo el patio
Como
hienas
nos abalanzábamos
al frasco
de dulces
Como
perros
segregábamos
la saliva
Como monos
arrancábamos
los papeles
y nos tragábamos
los caramelos.
Deborah Valado // Mayo 2012
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