Voy a
estrangular
tus
palabras
hasta asfixiarlas,
golpear
sus cabezas
para ver
caer de sus narices
la gota de
sangre
sobre la
alfombra.
El coágulo
se
secará antes
que
alguien
exprese una plegaria,
el llanto
lo limpiará.
Nada más
podrás crear,
nadie más temerá
de tu
maldad.
Deborah Valado // Marzo
2012
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