miércoles, 14 de marzo de 2012

Cuerpos


El deseo recorrió
nuestras pieles,
nos entregó
a la libertad de sentir.

Los muros desaparecieron,
devinimos en seres pasionales,
en pétalos florecientes.

Despegamos al infinito
a través de los besos.
Nos dejamos llevar
por el júbilo del goce.

No fuimos más
conciencias,
fuimos cuerpos
en plenitud.

Yo era tuya, vos eras mío.
Nos pertenecimos en
ese aliento intenso y fugaz.

Deborah Valado // Febrero 2012

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