Lisiada y mucama. Ama y esclava, en tensión dialéctica inconclusa. A partir de dicha relación se abre un mundo en donde todo parte del deseo. La lisiada desea que los otros la reconozcan como su superiora y que, por lo tanto, se le sometan a cualquier precio, con amor o sin él. En esa pretensión aparece a la par el deseo de su empleada y allí comienzan los enfrentamientos, la búsqueda por el trono de la silla de ruedas. La tensión se distiende porque una de las dos tiene el temor a morir en soledad.
La obra de Norman Briski – escrita y
dirigida por él – nos interpela con muchas posibles preguntas, entre ellas:
¿La minoría tiene más privilegio? ¿Hay
una victimización sólo en post de tener algún premio?
No nos da respuestas inmediatas,
pero sí nos habilita a poder comprender desde el humor y el absurdo la problemática
social del poder que muchos hacen vista gorda. Además nos presenta a través de
la lisiada, un claro ejemplo de un sujeto que socialmente es estigmatizado, –
más allá que ella intenta adoptar un lugar de apropiación y ventaja de su
situación –, tal como lo postula E. Goffman al referirse al termino propiamente
dicho de estigma: “signos
corporales con los cuales se intentaba exhibir algo malo o poco habitual en el
status moral de quien los presentaba. En la actualidad, la palabra es
ampliamente utilizada con un sentido bastante parecido al original, pero con
ella se designa preferentemente al mal en si mismo”.
Hay que evidenciar que la obra propone, a partir de una relación de
sometimiento entre la señora y señorita – ambas sin nombres propios –, metáforas
al interior de la sociedad, primordialmente, una crítica al capitalismo como
sistema alienante de los sujetos sociales. Dichos sujetos son conciencias de
deseos, pero sus deseos son ajenos y naturalizados, están atados a los otros,
por lo tanto lo que realizan lo hacen sin ser ellos mismos.
El dinero será una de las claves para mediar
las relaciones dentro y fuera de la casa, transformando a los personajes
en meras mercancías. Una casa que está reconstruida a partir de un
biombo móvil que representa tres espacios: la puerta de entrada, la pared de la
parte de afuera del baño y unos tubos fosforescentes en función de un
televisor. En una de las esquinas hay un ascensor que simula la entrada y la
salida al abrirse sus puertas automáticamente.
Además, hay sobre el suelo una puerta que dá al sótano, lugar donde se
encuentra oculto el amante de la señora.
La obra se reposa sobre las actuaciones
contundentes de las dos jóvenes Carolina Molini (en el rol de la señorita
y su hermana, que es quien la reemplaza cuando ella hace un viaje) y Eliana
Wassermann (la señora). Carolina Molini muestra una gran versatilidad al
cambiar de personaje opuestos, distinguiéndose muy bien uno de otro, por sus
diferentes posturas corporales, tono de voz y proyección. Eliana Wasserman, al
estar mayormente sobre la silla de ruedas, condensa toda su actitud en el
rostro, y de tal manera se apropia de
las emociones de una manera muy plena y viva.
El drama
se desarma en un clima de tensión y
crueldad que el director supo darle a cada momento el valor y tiempo correspondientes entre silencios que
retienen toda la fuerza de la obra.
En síntesis,
el poder y la dependencia serán los ejes de la pieza teatral, la balanza tira a favor del capital económico que se liga
al simbólico y siempre pretende más y más. Las miserias se olvidan pero por
ello aparecen en escena, para tal vez que el público ría con complicidad o se
desentienda de lo que no acepta.
Permitirnos
mirar más allá y generarnos
interrogantes es lo que hace que “No te vayas, con amor o sin él” sea una muy rica y por lo tanto altamente recomendable
obra.
Deborah Valado
Ficha técnico artística
Autoría:
Norman Briski
Actúan:
Carolina
Molini, Eliana
Wassermann y Jorje Diaz Rato
Voz en Off:
Soledad
Baisetto, Nahuel
Crescenzo,
Vestuario:
Laura Copó
Diseño de
escenografía: Leandro
Bardach, Norman Briski
Realización escenográfica: Magalí Luraschi y Guillermo Berchthold
Realización escenográfica: Magalí Luraschi y Guillermo Berchthold
Diseño de
luces: Norman Briski
Diseño
Víctor Monte
Realización
de escenografia: Guillermo
Bechthold, Magalí
Luraschi
Música
original: Martín
Pavlovsky
Operación de
luces: Magalí
Luraschi
Operación de
sonido: Pablo
Largente
Fotografía:
Horacio
Carrano
Foto de gráfica: Luis Flores
Foto de gráfica: Luis Flores
Diseño
gráfico: Gustavo Wald
Asistente de
dirección: Mariana Barragán
Prensa y comunicación:
Sonia Novello
Dirección:
Norman Briski
CALIBAN
Mexico 1428 pb 5 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4381-0521/ 4384-8163
Web: http://www.teatrocaliban.blogspot.com
- Sábado - 21:00 hs
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