Permanezco en la tierra de los
nadies. Y estas palabras que declaro me sostienen en una realidad fusionada de
tristezas y alegrías. Me aferro en los hilos de mis ideas. Las preguntas son el
puente entre la luz y la oscuridad. Y sus respuestas el contraste.
Artefactos del 2000.
Superficies articuladas. El círculo es vicioso. El progreso ya es inútil, la
rueda del mercado es inversa. Hasta ahora no podemos manejar lo que sentimos.
Por eso nos conformamos con el dominio sobre todo lo mecánico. La civilización
es la mascara del imperio, la mentira de los monopolios en supuestas
situaciones benéficas .
Deseos compartidos, pero en fin
robados. Nos individualizamos afán de los mismos. Nos olvidamos de lo
colectivo, saboreamos nuestras propias ambiciones sin dar cuenta que no hay posible
construcción en soledad.
Detrás del mural gris viven las
mariposas. La libertad es el derecho natural principal, y junto a la memoria,
el arma del mañana. Pero siempre
dependemos. Uno busca la imagen inexistente del otro, aunque bien sabe que esas
idolatrías son quebradizas.
Deberíamos permitirnos salir
del miedo. Transgredir. Y nunca desaparecernos de nosotros mismos. Establecer
vínculos con la vida. Para no ser apenas cuerpos que ocupan un espacio como
bacterias.
En fin, supongo que en cada
nuevo rincón encontraré un espacio, pero ante todo tengo que valorar estas y
todas las palabras para lograr ganarlo.
Deborah Valado // Mayo 2002
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pié derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
ResponderEliminarLos nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.