Vestigios del verano.
Tus colores se dispersan
en mi manto de amor.
Claridad desde ti,
necesito de tu voz,
del murmullo que
inquieta las aguas.
Ya no encuentro
tu risa, ni tus lágrimas.
Tu alma se secó.
El amanecer entrega
la suavidad de tu piel.
Te veo en mi espejo,
pero ya no somos iguales.
Algo se quebró.
En el aire pueden flotar
mis mentiras, pero sobre
tu boca se deshacen
todas esas construcciones.
Abrazo
Vaivén
Cruzo el río buscándonos,
palpito nuestra cercanía.
Deborah Valado // Febrero 2012
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